Sor María de la Santísima Trinidad

[1647-1729] Escritora – María de Córdoba y Fuentes era descendiente de los reyes de Castilla por línea paterna, su domicilio familiar se encontraba cercano al monasterio de las Carmelitas Descalzas de Granada. Allí acudía a escuchar misa desde su infancia, etapa en la que sorprendía a todos con su temprano desarrollo intelectual. De este modo, a los tres años de edad ya sabía leer, provocando el asombro de cuantos la conocían a causa de sus precoces facultades. Algunos años más tarde, los padres tuvieron que trasladar el domicilio familiar a la vecina ciudad de Málaga. Tras un intento de fuga que frustraron las prudentes palabras de su confesor, por fin su familia accedió a los vehementes deseos de la joven, que profesó en su soñado convento de Carmelitas Descalzas el día 12 de octubre de 1672, adoptando el nombre de María de la Santísima Trinidad.

Según el erudito malagueño Narciso Díaz de Escobar, que rescató en 1898 la figura de esta escritora granadina gracias al descubrimiento de un manuscrito con su biografía: «Su vida fue un conjunto de martirios y sublimidades. Su obediencia no tuvo límites, su castidad fue tanta que jamás abrigó pensamiento alguno que no fuera de absoluta pureza, su comida era tan parca que parecía increíble se alimentara con tan exiguas cantidades y su humildad no halló religiosa que le igualara».

Durante sus largos años de vida religiosa, compuso María de Córdoba numerosos poemas, que reflejaban con frecuencia el gran conocimiento que, como lectora ávida y precoz, poseía de los textos bíblicos. Otros de sus poemas expresan el profundo amor divino que la había llevado al convento. La mayoría fueron musicados y eran cantados por sus compañeras, mientras otros eran repetidos como oraciones en las más solemnes funciones celebradas en la capilla carmelita de San José.

Por desgracia, las composiciones de María de Córdoba se han perdido en su mayoría, conservándose tan sólo cuatro de ellas.