MªAntonia Hidalgo, directora de ‘Arteterapia, género y cuerpo’

XV Edición de los Cursos de Verano de la Universidad Pablo de Olavide

La arteterapia es una plataforma para generar sensibilidad y conciencia. Esta disciplina comprende el uso de las artes y sus procesos con el fin de atendernos, mejorar nuestra creatividad, entrar en relación con la escucha personal, social y María Antonia Hidalgoaumentar nuestra consciencia. Asílo explica María Antonia Hidalgo, directora del curso “Arteterapia, género y cuerpo”, que se está celebrando en la sede de la Universidad Pablo de Olavide en Carmona, dentro del marco de la XV Edición de los Cursos de Verano.

Este seminario invita a una reflexión en torno a la relación género-cuerpo a través de la arteterapia y el movimiento, abriendo espacio a otras formas de conocer promovidas por las artes, la creatividad, la escucha corporal y social. “Vivimos en un mundo agitado, enrarecido, con desigualdades de género evidentes, de espaldas a la escucha propia y ajena. El trabajo con el cuerpo en arteterapia consiste precisamente en reconocerlo, orientar la práctica del arte para organizar aspectos de nuestra propia subjetividad, entendiendo el cuerpo como territorio donde confluyen determinadas categorías como la clase, el género, la raza o la sexualidad”, asegura María Antonia.

La práctica de la arteterapia puede aportar múltiples beneficios a las personas que la practican, puesto que proporciona un espacio lento, de escucha consciente y con grandes silencios, sobre todo “en una sociedad de aceleración y aturdimiento continuo”, apunta la profesora.

La función primera de la arteterapia es llevar a la persona a un estado de escucha, creatividad y disponibilidad para sí misma en un espacio de tiempo. “Esta vida frenética nos impide tomar distancia de las cosas, pensar, saber dónde se ubican nuestros deseos y lo que ha quedado de ellos. Necesitamos espacios para la sensibilidad, para conectar con lo sutil, con nuestras propias vulnerabilidades, darles un lugar en nosotros, reconocer nuestro propio cuerpo en todas sus vertientes, física y emocionalmente, dar paso a la mente para construirnos y no destruirnos, crear y disfrutar de la experiencia estética presente en todos los órdenes de la vida. Estos aspectos son vivenciados y facilitados en arteterapia, dando paso a la expresión integral de la persona por caminos alternativos a la palabra como la expresión artística y el movimiento”, manifiesta María Antonia.

Asimismo, asegura que el dispositivo que ofrece la arteterapia sirve para ser capaces de relacionarnos con el dolor, lo incómodo, el cuerpo, el silencio, la rabia, la incapacidad, la salud, la enfermedad y la muerte, entre otras categorías. “Este darse cuenta pasa también por apreciar cómo nos relacionamos con los demás y cuáles son nuestros mecanismos de defensa más recurrentes. Primero lo ves en un plano simbólico y luego amplías la mirada para poder ser aplicado a tu vida cotidiana”.

Para concluir, la directora del curso ha declarado que estamos en un momento crítico de la historia de la tierra en el que la humanidad debe elegir su futuro, “no unos cuantos señores, sino la humanidad, mujeres y hombres. Debemos unirnos para crear una sociedad global sostenible, fundada en el respeto a la naturaleza, los derechos humanos universales, la justicia económica y el cultivo de la sensibilidad y de las artes”, ha finalizado.

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