La mujer, clave en el desarrollo de África subsahariana

Foto: Giacomo Pirozzi/PNUD en Benin
Foto: Giacomo Pirozzi/PNUD en Benin

La desigualdad de género cuesta a África subsahariana un promedio de US$ 95.000 millones por año, y en 2014 alcanzó los US$ 105.000 millones, es decir el 6% del producto interno bruto (PIB) de la región, lo que menoscaba los esfuerzos del continente en favor del desarrollo humano y el crecimiento económico inclusivos. Estas son algunas de las conclusiones del Informe sobre Desarrollo Humano de África 2016 ‘Advancing Gender Equality and Women’s Empowerment in Africa’, publicado este domingo por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

“Si pueden zanjarse las brechas de género en los mercados de trabajo, la educación, la salud y otros ámbitos, la erradicación de la pobreza y del hambre podrán acelerarse”, afirmó la Administradora del PNUD, Helen Clark, en la presentación del informe, a la que asistió el Presidente de Kenya, Uhuru Kenyatta, en el marco de la Sexta Conferencia Internacional de Tokio sobre el Desarrollo de África (TICAD). “El logro de la igualdad de género y del empoderamiento de la mujer es lo que se debe hacer, y es también un imperativo del desarrollo”, destacó Helen Clark.

El informe del PNUD analiza, entre otros aspectos, los factores políticos, económicos y sociales que obstaculizan el progreso de las mujeres africanas y propone políticas y medidas concretas para cerrar la brecha de género. Estas incluyen resolver la contradicción entre las disposiciones jurídicas y la práctica en relación con las leyes de género; erradicar normas sociales nocivas y transformar entornos institucionales discriminatorios; y velar por la participación económica, social y política de la mujer.

Algunos obstáculos estructurales profundamente arraigados como la desigualdad en la distribución de los recursos, el poder y la riqueza, agravados por instituciones y normas sociales que sostienen la desigualdad, están haciendo que las mujeres africanas, y el resto del continente, queden rezagados. El informe estima que un aumento del 1% en la desigualdad de género reduce el índice de desarrollo humano de un país en un 0,75%.

El índice de desarrollo humano (IDH) es un indicador que abarca el logro promedio en dimensiones clave del desarrollo humano, como una vida larga y saludable, poseer conocimientos y tener un nivel de vida decente. Aunque el continente está cerrando rápidamente la brecha de género en la matriculación en la enseñanza primaria, las mujeres africanas alcanzan solo el 87% de los resultados de desarrollo humano en comparación con los hombres, debido a niveles más bajos de finalización de la enseñanza secundaria, una menor participación en la fuerza de trabajo y una elevada mortalidad materna.

El informe señala que si bien el 61% de las mujeres africanas trabajan, siguen haciendo frente a la exclusión económica, ya que sus empleos están insuficientemente remunerados y valorados, y se encuentran principalmente en el sector informal. Las mujeres africanas ocupan el 66% de todos los puestos trabajo en el sector informal no agrícola y solo reciben 70 centavos de dólar por cada dólar que ganan los hombres. Solo del 7% al 30% de todas las empresas privadas tienen mujeres entre el personal directivo.

Asimismo, una de las principales conclusiones del informe es la estimación de que las pérdidas económicas totales debidas a la desigualdad de género en el mercado de trabajo han ascendido a US$ 95.000 millones por año desde 2010 en África subsahariana y se estima que en 2014 podría llegar a US$ 105.000 millones, lo que representa el 6% del PIB de la región.

Las normas sociales son un obstáculo evidente para el progreso de las mujeres africanas y limitan el tiempo que estas pueden dedicar a la educación y al trabajo remunerado, así como para el acceso a activos económicos y financieros. Por ejemplo, las mujeres africanas todavía realizan el 71% de la recolección de agua, lo que equivale a 40.000 millones de horas por año, y es menos probable que tengan cuentas bancarias y acceso al crédito.

Por otra parte, la salud de las mujeres africanas se ve gravemente afectada por las prácticas nocivas, como el matrimonio precoz y la violencia sexual y física, así como la elevada mortalidad materna, en particular de mujeres en edad de procrear, el grupo que corre mayor riesgo. Según el informe, el aumento de 1 punto porcentual de la tasa de natalidad entre las adolescentes incrementa la tasa de mortalidad de mujeres adultas en 1,1 puntos porcentuales.

“Si se mantiene la disparidad de género actual, el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y de la Agenda 2063 de África seguirá siendo una aspiración y no una realidad”, afirmó el Director de la Dirección Regional de África del PNUD, Abdoulaye Mar Dieye. “Cerrar la brecha de género no solo pondría a África en una vía de crecimiento económico superior al 10%, sino que también contribuiría de manera importante a alcanzar los objetivos de desarrollo.”

Abordar la desigualdad de género exige un enfoque de todo el gobierno y de toda la sociedad que tenga en cuenta los vínculos existentes entre el bienestar social de las mujeres y las oportunidades económicas para llevar vidas más productivas.

El informe propone cuatro sendas estratégicas para el logro de una mayor igualdad de género y el empoderamiento de la mujer: aprobar reformas jurídicas, crear la capacidad nacional para acelerar la participación de las mujeres en la adopción de decisiones, utilizar enfoques multisectoriales para la promoción de la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer, y acelerar la propiedad de activos y la gestión de los recursos por las mujeres.

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