El espacio, un recurso clave para estimular la creatividad de los emprendedores

 

Cristina Rebolo UEC1760 es el número de horas que dedicamos a trabajar al año. Y esto, en el mejor de los casos, porque como emprendedores sabemos que esta cifra puede llegar a duplicarse rápidamente.

Si invertimos nuestro tiempo en un entorno aséptico, de blanca iluminación y con un mobiliario descafeinado resulta casi imposible imaginar a una emprendedora en pleno proceso creativo, buscando soluciones a la interminable lista de tareas y proyectos por hacer. El entorno donde trabajamos condiciona radicalmente nuestro estado de ánimo y como consecuencia nuestra capacidad creativa.

No existe una receta concreta, pero sí multitud de ingredientes que están presentes a la hora de diseñar un espacio inspirador.

Veamos cómo lo hacen los dos grandes movimientos que representan la transformación de los espacios de trabajo. Por un lado tenemos el modelo de Silicon Valley y las nuevas startups tecnológicas. Airbnb, Facebook, Pinterest, etc. utilizan sus oficinas de diseño como un emblema de sus marcas y como un brillante recurso para motivar a sus intraemprendedores.

Diseño vanguardista, color, paredes para dibujar, tumbonas, casetas de madera como salas de reuniones, carrilbici, patinetes para ir de un lado a otro, toboganes en vez de escaleras y el dulce aroma a galletas y café. A través del espacio es posible crear las condiciones adecuadas para un entorno donde la creatividad es el principal motor de la productividad. Para que el espacio termine de crear su magia, debe ir acompañado de una determinada cultura organizacional donde la flexibilidad y la confianza constituyen una sólida base.

Podemos pensar que estas empresas se pueden permitir oficinas extraordinarias porque tienen fondos suficientes para invertir en el bienestar de las personas pero, precisamente por ello, es interesante analizar el segundo caso, los espacios de coworking y más concretamente los Impact HUB.

La red de espacios colaborativos para innovadores sociales Impact HUB nace en 2005 en Londres, cuando un pequeño grupo de cinco emprendedores se unió para crear un espacio de trabajo diferente.

El primer Impact HUB contaba con unos diáfanos cuatrocientos cincuenta metros cuadrados, poco dinero y una comunidad de voluntariosos trabajadores para convertir el espacio en un lugar inspirador. Y esta es la clave. Las personas y el espacio van de la mano.

Los miembros, en un proceso de cocreación guiado por diseñadores y arquitectos, dieron forma al proyecto desde el dibujo hasta su construcción. A día de hoy, el resultado siguen siendo creativas oficinas con tintes DIY (hazlo tú mismo) y DIWO (hazlo con otros). El sentido de pertenencia que se genera en los equipo durante el proceso, sienta las bases de la creatividad y el “buen rollo” inherente a estos espacios.

¿Las claves para estimular la creatividad? Un espacio inspirador, una cuidada cultura interna y las personas en el centro del diseño.

Cristina Rebolo

Profesora de la Universidad Europea de Canarias.

Arquitecta y consultora. Cofundadora veintiochoymedio y uuushh. Associate Impact HUB

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