El compromiso de las empresas

 

Hablamos con tres de las 91 empresas que hoy por hoy componen la Red de Empresas por una Sociedad Libre de Violencia de Género, iniciativa del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad puesta en marcha en el año 2012 con el objetivo de apoyar la reinserción laboral de mujeres víctimas de violencia machista

Uno de los actores esenciales en la sensibilización y concienciación sobre determinadas causas sociales son las empresas. La lucha contra la violencia de género es una prioridad social. Las cifras lo evidencian. Y es que, a fecha de cierre de esta edición, se elevan a 39 el número de mujeres asesinadas por violencia machista en lo que va de 2015. Sumar esfuerzos se hace más necesario que nunca y ayuda a fortalecer la eficacia de las políticas contra esta lacra social. En este sentido se enmarca la iniciativa Red de Empresas por una Sociedad Libre de Violencia de Género, promovida por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad desde 2012 y que pretende la unión de esfuerzos y de actuaciones en un campo tan crucial para la difusión de mensajes como el de la empresa. Se trata de una muestra más de lo importante que es la coordinación en las políticas contra la violencia de género.

La Red de Empresas por una Sociedad Libre de Violencia de Género, de la que ya forman parte cerca de un centenar de empresas, se creó con dos objetivos claros: sensibilizar a la sociedad frente a la violencia de género, así como promover la inserción de las víctimas. La integración laboral desempeña un papel esencial en el proceso de recuperación de la mujer que ha sufrido malos tratos. De ahí, que éste sea uno de los grandes objetivos de esta iniciativa. Así lo expresaba además el propio ministro del ramo, Alfonso Alonso, el pasado mes de julio durante el acto de adhesión de las últimas empresas que se han incorporado a esta red, donde reconoció el papel esencial que en esta batalla desempeñan las empresas como vehículo de transmisión del mensaje de intolerancia hacia la violencia contra las mujeres y como canal de inserción laboral de las víctimas de esta lacra. Para Alonso, la participación e implicación de las empresas en la erradicación de la violencia contra la mujer es “un factor clave” de la Estrategia Nacional contra la Violencia de Género del Gobierno.

Grupo Norte.

foto Eduardo Rodríguez
Eduardo Rodriguez

Eduardo Rodriguez, director de Comunicación de Grupo Norte: “Son mujeres excepcionales, que ven mejor que nadie el valor que hoy tiene un puesto de trabajo y que sin duda merecen una oportunidad para recuperar su dignidad”

Compañía especializada en la prestación de servicios con más de 40 años de experiencia, es una de las empresas pioneras en la contratación de víctimas de violencia de género en todo el territorio nacional y una de las empresas adheridas a la Red de Empresas por una Sociedad Libre de Violencia de Género. Eduardo Rodríguez, director de Comunicación de Grupo Norte, explica que, de hecho, “las primeras contrataciones se remontan a 1999” y que “en este momento son más de 115 las mujeres que han sufrido esta violencia y que forman parte de la plantilla de la compañía”. Grupo Norte ha ido incluso un paso más allá. Por un lado, facilitando a las víctimas que lo han requerido formar parte de un programa de movilidad geográfica que les ha permitido iniciar una etapa de vida en otra ciudad española, lejos de su maltratador. Por otro, siendo pioneros con este mismo programa en Chile y en plena coordinación con el Servicio Nacional de la Mujer del Gobierno chileno. Sobre esta coordinación, el director de Comunicación de la compañía sostiene que “la responsabilidad social no es una moda y por eso precisamente en plena crisis nuestras políticas han permanecido activas e incluso algunas como ésta se han potenciando llegando a Chile”. “Chile también es nuestra casa y hasta el momento hemos logrado la inserción de 12 víctimas. Estamos empezando y acabamos de renovar nuestro compromiso con la ministra chilena del Servicio Nacional de la Mujer, Claudia Pascual. Estamos seguros de que entre todos conseguiremos resultados muy positivos”, añade.

Formar parte de la Red de Empresas por una Sociedad Libre de Violencia de Género, afirma Eduardo Rodríguez, “supone un paso más, muy importante, en el camino que hemos venido recorriendo y confiamos en que dé también sus frutos”. En cuanto al convenio firmado con el Ministerio, Rodríguez explica que “no especifica un número de inserciones concreto, porque todo dependerá de los contratos que se pueden establecer” pero sí fija “los mecanismos de colaboración que facilitarán la coordinación e interlocución entre los asesores públicos de empleo que atienden a las mujeres víctimas de violencia de género y los responsables designados por las empresas para gestionar las ofertas que surjan y que se adapten a los perfiles requeridos”. “Sí se fija además el compromiso de crear itinerarios personalizados ajustados a las necesidades de las víctimas en función de su situación, contemplando elementos como la formación inicial, flexibilidad horaria o la confidencialidad de todas las actuaciones”, añade. El Instituto de la Mujer y para la Igualdad de Oportunidades es el encargado, según sostiene Eduardo, “de analizar el buen desarrollo de las actuaciones, al menos con una periodicidad semestral”.

Ayre Hoteles.

Miguel Serres
Miguel Serres

Miguel Serres, director de Recursos Humanos de Ayre Hoteles: “Darles la posibilidad de tener un trabajo sin duda alguna hace que ganen autoestima y que crezca su auto reconocimiento. A partir de ahí es cuando pueden empezar a crecer, a hacerse fuertes para tomar decisiones importantes para su nueva vida”

Cadena urbana del Grupo Palladium, es otra de las empresas que forman parte de esta iniciativa (del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad). Sobre la experiencia de la compañía como miembro de la red y como una de las empresas comprometidas con la integración laboral de mujeres víctimas de violencia de género, nos habla Miguel Serres, director de Recursos Humanos de la cadena: “Palladium Hotel Group es desde su creación, miembro del Patronato de la Fundación Integra. A través de esta Fundación, siempre hemos colaborado en este tipo de iniciativas en favor de la integración de personas con discapacidad,  o con personas con riesgo de exclusión social y por supuesto, con las mujeres que han sido víctimas de la violencia de género. La Fundación Integra fue la que nos presentó esta iniciativa del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad y no dudamos ni un momento en apoyarla”. Y es que esta red, como explica Serres, ha servido al Grupo para subrayar la verdadera intención de la compañía “de desarrollar un compromiso social con el que tanto trabajadores como empresa estamos totalmente comprometidos”.

En cuanto a la participación de Ayre Hoteles en esta red, la empresa se ha comprometido tanto “en la promoción de la sensibilización en materia de género” como en el fomento de “la inserción laboral de mujeres víctimas de violencia de género”. “En el primer caso, publicitando e informando de todas las acciones que realice el propio Ministerio, entre nuestros trabajadores, en nuestras instalaciones, en la cartelería, en los cursos de formación… Y en el segundo caso, contratando mujeres que hayan vivido o estén viviendo esta situación”, sostiene Serres.

Con estas dos patas como ejes del convenio, la valoración que desde Ayre hace de su participación en esta red de empresas es, en palabras del director de Recursos Humanos, “inmejorable”. “Es gratificante poder ayudar a estas mujeres a encontrar una salida a este problema. Mujeres de las que pueden también depender niños que han vivido con ellas esta situación traumática”, explica Serres relatando su propia experiencia personal: “Cuando las conoces, te das cuenta que estas mujeres tienen un “extra”; no sólo trabajan por la relación laboral que puedan tener con la empresa. Trabajan desde el corazón. Quieren agradecértelo demostrándotelo esforzándose de una manera poco habitual, aunque no tengan experiencia en lo que estén haciendo”. Sobre el funcionamiento en la práctica de la inserción laboral de estas mujeres, Miguel añade que “internamente la mayor parte de las veces los trabajadores no saben que la compañera que tienen a su lado ha sido víctima de violencia de género, pero saben que la empresa está realizando acciones para evitar que sigan produciéndose estos hechos y para ayudar a estas mujeres a encontrar una salida a los mismos”. Otras veces, añade, “ellas mismas lo dicen”. Lo sepan o no, sostiene, “los trabajadores se sienten orgullosos de pertenecer a una empresa que se involucra en estas acciones y que favorece su integración al mundo laboral, y actúan apoyándolas desde el primer momento. Y eso siempre es positivo para cualquier empresa”.

Momentum Task Force.

Foto Merce Almendros Momentum TF
Mercè Almendros

Mercè Almendros, directora general de Momentum Task Force: “No creemos que las empresas se sientan reticentes a contratar mujeres que han sido maltratadas, más bien es el estigma alrededor de la violencia de género que se ha transmitido a través de los medios de comunicación, lo que hace que la inserción de mujeres que han sido víctimas sea más difícil, sobretodo en trabajos de cara al público”

Ejemplo también de colaboración y compromiso con la inserción laboral de mujeres víctimas de violencia de género es el de Momentum Task Force, especialistas en marketing comercial y promocional aportando equipo humano a las compañías que requieren de dichos servicios y que, ya antes de la existencia de esta Red de Empresas, comprendió la importancia de poner su pequeño/gran grano de arena. Y es que en el año 2011, junto a Danone y la Fundación Ana Bella, Momentum lanzó un proyecto de inserción laboral de mujeres que han superado la violencia de género. “Nos dimos cuenta que, dentro del proceso de recuperación de una mujer víctima de violencia de género, era de vital importancia la independencia económica. Para ello era necesario tanto una oportunidad laboral, como su inserción en el mercado laboral”, explica Mercè Almendros, directora general de Momentum Task Force. “Cuando una mujer está siendo maltratada la sociedad la sigue viendo como una víctima y sólo tiene acceso a trabajos invisibles, poco remunerados y sin ningún reconocimiento social, lo que llega a causar una doble victimización que las lleva a la exclusión social”, añade.

Es en ese momento cuando se crea la Escuela Social Ana Bella para el Empoderamiento de la Mujer, “un proyecto de co-creación en el que formamos a mujeres supervivientes de violencia de género, para que liberen su potencial y lo enfoquen en su inserción laboral como mujeres empoderadas, que contribuyen al desarrollo económico y social de las empresas”. En la Escuela Social Ana Bella ofrecen formación profesional, talleres de empoderamiento, coaching individual y una oportunidad laboral trabajando como embajadoras de marca en los puntos de venta. “Nuestro modelo se basa en la necesidad de las empresas por vender sus productos a través de proyectos promocionales y comerciales. Para ello, necesitan un equipo humano que lo haga realidad, y ahí es donde la Escuela aporta mujeres supervivientes, motivadas y comprometidas que realizan una gran labor”, nos cuenta Mercè. Un año más tarde Momentum conoce la existencia de la Red de Empresas por una Sociedad Libre de Violencia de Género: “En ese momento pensamos que nosotros ya estábamos haciendo una labor importante, y que suscribirnos a estos convenios podía aportar un valor añadido para las mujeres con las que trabajamos día a día”, explica. Desde entonces, Momentum participa a través del proyecto de la Escuela Social Ana Bella en esta Red de Empresas: “A través de estos proyectos incorporamos a mujeres que proceden de violencia de género a nuestra plantilla, dándoles una oportunidad laboral e integrándolas en nuestra plantilla”. Además, la enseña que dirige Mercè participa y ayuda “en la difusión de todas las campañas de comunicación que el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad pone a nuestra disposición”. En estos años de trabajo si hay una empresa a la que Mercè quiere destacar como modelo es a Danone, “la primera empresa que ha creído en las mujeres supervivientes contratando el servicio de Embajadoras Danone en puntos de venta por toda España”. Desde el año 2011 hasta hoy, “Danone y Momentum Task Force han conseguido empoderar a 550 mujeres y crear 148 puestos de trabajo”. “A través de empresas como Danone, mostramos a la sociedad que una mujer que ha sido maltratada, con apoyo, es válida para realizar cualquier tipo de trabajo con eficacia y compromiso”, afirma. Una idea innovadora de cambio social que además ha sido reconocida dentro de nuestro país y a nivel europeo con varios premios y reconocimientos como el Premio al mejor proveedor de Danone en mayo de 2013, el reconocimiento por parte de la Fundación Seres por el proyecto de integración y formación a mujeres supervivientes de violencia de género (2013), y entre otros, el Premio europeo al mejor proyecto de co-creación otorgado por Ashoka.

La importancia de la inserción laboral.

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Acto de adhesión de las últimas empresas incorporadas a la Red de Empresas Libres de Violencia de Género

Si algo tienen claro las 91 empresas que forman parte de esta Red de Empresas por una Sociedad Libre de Violencia de Género es la importancia de la inserción laboral de las víctimas de violencia de género y de que posean independencia económica para poder salir de la situación que sufren. Así expresa su opinión al respecto Miguel Serres: “En estos momentos acceder al mercado de trabajo es una tarea complicada para muchísimas personas, pero más si eres mujer y sobre todo si has sido víctima de violencia de género”. Estas mujeres, añade, “suelen depender económicamente de sus parejas, les cuesta tomar la decisión de denunciarles o de abandonar su casa o a sus maridos, lo que puede llegar a agravar el problema”. Al final, afirma, “todo esto termina deteriorando su propia autoestima y la confianza en sí misma. Se deteriora su salud física y psicológica, terminan infravalorando sus capacidades…”. “Darles la posibilidad de tener un trabajo sin duda alguna hace que ganen autoestima y que crezca su auto reconocimiento. A partir de ahí, es cuando pueden empezar a crecer, a hacerse fuertes para tomar decisiones importantes para su nueva vida, romper de raíz con su problema para decidir independizarse económicamente y adquirir una mayor autonomía personal”, explica Miguel. En la misma línea se expresa Eduardo Rodríguez, quien apunta cómo desde Grupo Norte han podido comprobar “cómo la integración laboral desempeña un papel crucial en el proceso de recuperación de la mujer que ha sufrido malos tratos porque el empleo lleva a la independencia económica, factor clave en el camino de salida de la violencia de género”. “También es verdad”, añade, “que hace falta un tiempo de adaptación para que la víctima pueda rencontrarse con la vida y, en ocasiones, resulta imprescindible adoptar soluciones de urgencia para facilitar su integración”. Por eso, Grupo Norte ha ido incluso un paso más allá, “poniendo en marcha un programa de movilidad geográfica que les ha permitido iniciar una etapa de vida en otra ciudad española, lejos de su maltratador”.

Por su parte, Mercè Almendros recuerda que “las mujeres víctimas de violencia de género pasan por diferentes etapas y suelen presentar secuelas específicas. Estas pueden repercutir en su vida cotidiana, como en el caso de la búsqueda de empleo”. Por eso es, tan importante, añade, “orientar, asesorar y formar a estas mujeres de cara a que adquieran seguridad y recuperen la autoestima perdida. En definitiva, empoderarlas para su inserción laboral”. Además, explica, “adquieren una independencia económica que es vital para tomar sus propias decisiones y no depender de nadie más que de ellas mismas”.

¿Existe reticencias en las empresas?

Aún es evidente la importancia del papel del tejido empresarial en el apoyo a la inserción laboral de mujeres víctimas de violencia de género, todavía son muchas las empresas que, sin confesarlo, rechazan la contratación de estas mujeres. Un ‘miedo’ que, en opinión de Serres, tiende a desaparecer: “Puede haberlos, pero cada vez mucho menos. La sociedad cada vez está más concienciada con este problema. Tengo la creencia de que la sociedad se está haciendo más colaborativa y más responsable con estas circunstancias y cada vez le da menos la espalda”. De hecho, explica, no cree que lo que exista en estas empresas sea miedo sino más bien  “alguna reticencia, porque el perfil profesional o la experiencia curricular de la persona que viene a la entrevista a través de estas fundaciones puede no ser el que tú estás buscando en ese momento”. Pero, añade, “creo que hay muchísimos trabajos en los que pueden aprender y pueden adaptarse pronto sin haber tenido previamente esa experiencia. Con las ganas que tienen de salir adelante es suficiente para salvar muchos inconvenientes”.

De la misma opinión es Eduardo Rodríguez, quien reconoce que “puede que aún se detecten determinadas actitudes de rechazo o duda” aunque, cree, “cada vez menos, entre otras cosas, porque está comprobado que las propias empresas salen beneficiadas gracias al compromiso de las mujeres que han pasado por esta situación dramática”. “Son mujeres excepcionales, que ven mejor que nadie el valor que hoy tiene un puesto de trabajo y que, sin duda, merecen una oportunidad para recuperar su dignidad”, explica.

En la misma línea se expresa la directora general de Momentum Task Force, quien tiene claro que “las empresas somos fuente de riqueza y a la vez un motor de cambio social, siempre dispuestas a colaborar, para lograr un desarrollo sostenible de nuestro entorno”. “No creemos que las empresas se sientan reticentes a contratar mujeres que han sido maltratadas, más bien es el estigma alrededor de la violencia de género que se ha transmitido a través de los medios de comunicación, lo que hace que la inserción de mujeres que han sido víctimas sea más difícil, sobretodo en trabajos de cara al público”, argumenta. En este sentido, Mercè explica que “tenemos en nuestra conciencia social las imágenes de mujeres con el ojo morado cuando se nos habla de maltrato, y por tanto, los canales de inserción, pasan por oportunidades laborales en trabajos ocultos”. Por eso, desde Momentum Task Force, han querido “abrir una vía de inserción laboral pionera. Contratando a mujeres no víctimas, sino mujeres supervivientes que forman parte de la Fundación Ana Bella, en trabajos de cara al público”.

Grupo Norte, Ayre Hoteles o Momentum Task Force son sólo tres ejemplos de las 91 empresas que forman parte, a fecha del cierre de esta edición, de la Red de Empresas por una Sociedad Libre de Violencia de Género. Tres ejemplos que, con sus palabras, evidencian el importante papel que las empresas y agentes intermedios pueden ejercer en la erradicación de la violencia de género y la inserción socio-laboral de las víctimas, como parte esencial para su recuperación. Porque  avanzar en la construcción de una sociedad libre de violencia de género es tarea de todos, es importante poner en valor el trabajo de estas empresas que con sus pequeños y grandes granitos de arena ayudan a que estas mujeres puedan volver a participar activamente en la sociedad.

Isabel García

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‘Más mujeres, Más democracia’

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