Dorado y madera natural, la combinación del otoño

espejo hexagonal Sandra MarcosLa combinación estrella del otoño es el dorado y la madera natural. Con estos dos ingredientes conseguirás un ambiente cálido a la par que exótico que te hará olvidarte de la vuelta a la rutina y a las obligaciones tras el verano. La interiorista y diseñadora Sandra Marcos lo tiene claro: la tendencia para la temporada de otoño-invierno 2016-17 pasa por ambientes naturales diseñados a base de los tonos, texturas y colores que deja tras de sí la caída de las hojas caducas de los árboles.

Las maderas puras, con toques envejecidos, así como las piezas vintage recuperadas, serán los básicos de este otoño por su versatilidad y buen encaje con cualquier otra tendencia decorativa. Esto no sólo te permitirá reutilizar el mobiliario habitual de casa sino que, además, te ayudará a jugar con distintos estilos y crear el tuyo propio, único y diferente a cualquier otro.

Para seguir restando frialdad a los ambientes invernales que están por llegar, tus mejores aliados serán los reflejos dorados, que podrás añadir sin problemas valiéndote de espejos (mejor si son de formas geométricas como los hexagonales), grandes y pequeños objetos decorativos o incluso de papeles estampados para las paredes de determinadas estancias. ¡No te cortes y arriesga!

Para los más indecisos, no obstante, siempre queda la opción de renovar la casa con textiles. En los cojines y cortinas predominarán los tonos tierra, junto con los marsalas y colores vino. Aprovecha la amplitud cromática que pone a tu disposición el otoño y juega con los ocres, mostazas y verdes. Incluso puedes permitirte algún toque de gris, pero en su versión más azulada, recordando los cielos de los amaneceres más tardíos.

Sandra Marcos es una diseñadora e interiorista de estilo ecléctico y equilibrado que lleva más de una década desarrollando proyectos de decoración y estilismos en hogares y establecimientos comerciales. Todo el universo creativo de Sandra Marcos se despliega en su tienda, situada en la madrileña calle Castelló. Se trata de un espacio de más de 200 metros cuadrados con piezas únicas pensadas para todas las ocasiones, desde textiles y pequeños objetos decorativos hasta auténticas joyas de maderas nobles y restauradas.

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